Desde el principio de los tiempos, nace el afán humano de erigirse como potro indomable en la mente. El instinto que galopa azaroso, empeñado en su verdad, y también en su falacia, como espejismo que sostiene.
Ambos, pincel y sentimientos, son artesanos de la trama con los hilos que entretejen.
Ella, mariposa del éter, rescata su cabellera tras los colores de la siembra.
De una u otra forma, nada es indiferente al corazón que brilla en la armonía poética.
Por enésima vez, la poesía se oxigena en otros pasos ciertos: son las emociones como cataratas sirviéndose de la belleza.
De una u otra forma, nada es indiferente al corazón que brilla en la armonía poética.
Por enésima vez, la poesía se oxigena en otros pasos ciertos: son las emociones como cataratas sirviéndose de la belleza.
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