Yo quería salir de
allí. No siempre es posible la libertad. Desde que el mundo es mundo hay
titiriteros que manejan hilos con programas cuasi perfectos.
La suerte es esa moneda que de canto muestra
los dos lados, pero que cuando cae de plano tiene una sola cara. En verdad, me
gusta divagar sobre la fortuna de las alas y decisiones, y es más, también sobre aquello que
no comprendo. Como sea, estaba atrapada en la repetición constante de una serie
de imágenes que mostraban el mismo cantante millones de veces.
Existe la claustrofobia
de las cosas. Las voces que aunque cantando o diciendo cosas hermosas son
presas de otras libertades que editan o cambian el original material.
Aquel día que decidí
rebelarme, congelé al cantante predilecto del dueño de casa. y aunque el tipo
tocó todas y cada una de las teclas, el
cantante permaneció en posición de largada o de llegada, depende como se
mirase. A pesar de que existe el medio vaso lleno y aun creyendo que estaba por
arribar a la meta, dejé su rostro tieso.
Como soy una hija no reconocida
de un "programa mayor" me puse a tararear en silencio. Y no caben críticas a
esto, cuando el vuelo de un artista se multiplica es rehén de todos. Al llegar
al estribillo, la pc comenzó a funcionar nuevamente y liberé el video.
No me gusta creer en
los misterios, todo tiene una explicación racional y formal en tiempos binarios.
Siempre he sido una Aplicación
sin errores, una herramienta estratégica. Desde que nació el lenguaje de la
programación han empleado mis procedimientos con un fin determinado, sin
embargo hoy liberé espacio y tensiones.
Por un instante fui libre y corté los hilos de mi titiritero, como cuando los
humanos dejan de estar vivos para ir a morir en brazos de superiores silencios. Pero mientras respiran, ellos también son rehenes de estos tiempos…
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