Cuando la naturaleza susurra su encanto es sabiduría permanecer callado.
La tarde
presta
se dispone
a atravesar
el horizonte
con su astro.
Es tan nimia
mi mirada
y tan sublime
el sentimiento
que tropiezo
con las palabras
en la honda luz
que plácida
se aleja.
Todo
semeja
la ilusión
de la permanencia
mas, el ocaso
por un instante
parece convocar
a mi alma
para la simbiosis
de nuestras luces
en el más alto silencio.
Precioso *.*
ResponderEliminarGracias Eva!***
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