viernes, 26 de septiembre de 2014
Separación - Fernando Andrés Puga y Ana Caliyuri
Cuando aquel
día salieron de casa como todos los días, después de una noche como todas las
noches, después de despertar a los niños y enviarlos al colegio y rozarse
apenas las mejillas antes de dirigirse cada uno a sus asuntos, a ninguno de los
dos se le pasó por la cabeza la idea de que ya no volverían a verse. Acaso por
eso, ni él ni ella se molestaron en darse vuelta antes de doblar la esquina.
Acaso por la misma razón es que ni siquiera percibieron que la calle ya no era
la misma calle, ni los negocios los mismos negocios. Tampoco advirtieron que
los jardines y las plazas estaban alambrados. Como autómatas subieron cada uno
a su tren, pero ninguno de los dos reparó en que la ciudad había sido tomada.
De un lado los hombres, del otro las mujeres. Las guerreras amazonas habían
vencido nuevamente.
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