—Te amo y no hay nada en el cosmos que pueda disuadirme. Si
es necesario te voy a raptar y voy a violarte. Sé que eso no sería lo ideal
pero esto puede más. Mi voluntad está a punto de explotar.
—Lo lamento pero no va a poder ser. Somos de universos distintos. Los dioses del Cielo —mis dioses— te aniquilarán al instante si osas intervenir en los planes divinos.
—Es que en esos malditos planes no contemplan mi nudo de acero, ni siquiera mi lazo cósmico. Si tengo enfrentar la ira del Cosmos estoy dispuesto, aseveró Rem Alphius.
La mujer lo miró apesadumbrada, se acercó a él y con voz amable, sentenció:
—Rem Alphius, ya lo hemos hablado eternidades atrás: un nuevo orden exige un Apocalipsis. No sobreviviré, soy humana.
Él la amaba demasiado.
—Sólo intento que seas robótica como yo. Luego, todo fue un gran hongo…
—Lo lamento pero no va a poder ser. Somos de universos distintos. Los dioses del Cielo —mis dioses— te aniquilarán al instante si osas intervenir en los planes divinos.
—Es que en esos malditos planes no contemplan mi nudo de acero, ni siquiera mi lazo cósmico. Si tengo enfrentar la ira del Cosmos estoy dispuesto, aseveró Rem Alphius.
La mujer lo miró apesadumbrada, se acercó a él y con voz amable, sentenció:
—Rem Alphius, ya lo hemos hablado eternidades atrás: un nuevo orden exige un Apocalipsis. No sobreviviré, soy humana.
Él la amaba demasiado.
—Sólo intento que seas robótica como yo. Luego, todo fue un gran hongo…
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