Hoy
me animé y le pedí a él (espero haber sido escuchada) el asiento que da a la
ventanilla. La travesía se supone extensa y el tiempo no es algo que quite mi
sueño, pero dadas las circunstancias prefiero el horizonte en mis pupilas. En
la lejanía diseño las mejores fotografías aún no reveladas; en definitiva los
anhelos se visten de imágenes a la hora de los pensamientos. Como todo viaje
compartido tiene buenos y malos momentos; dada las bajas de algunos viajeros se
aprende a fuerza de lágrimas que el camino es franco para todos. Hemos cruzado espesuras y también transparencias;
personas de todo tipo con quienes hemos
devanado distintas palabras. He visto nacer soles además de asistir a
atardeceres mágicos. Las oscuridades nada tienen que ver con las noches y otros
detalles, asimismo como las sombras muchas veces tienden a ser lapsus. De la
memoria prefiero los no pontificados, tal vez porque los dogmas atan y de los
sentimientos prefiero el júbilo aún a sabiendas de alguna melancolía innata.
Hoy me animé y le pedí a él, llámese compañero, destino, hado o como quieran
apodarlo el asiento que da a la ventanilla del tren existencial; espero haber
sido escuchada…
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