Estaba
minada
la noche
de cuervos
hambrientos
multiplicándose
sin medida.
Las
flores
fraternas
alzaban
sus voces
con la
cruda llama
de inocentes días.
Estaba minada
la noche
de cuervos
hambrientos
con sus
picos
listos
para
extinguir
en
púrpura
los
sueños vivos.
Luego,
enésimos lápices
reflejaron
esa noche
cual
arácnidos
que
tejen
históricos
hilos.
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