viernes, 27 de diciembre de 2013

El artista escondido


“El abstracto” se niega a dejar su huella: dice que aún no es tiempo. Guarda su voz en el arco iris, recoge paisajes concretos y se hace eco de la natura, de tanto en vez, lloviendo. A veces, juega con los bosques del pensamiento, o con los paraguas que instan a rozar los cuerpos. Es así como “ el abstracto” mantiene en vigor al niño que late adentro, obvio, todavía él ,es un niño espejo. No hay oráculo que anuncie piedra libre, aún escondiéndose a la vista de todos. Sin embargo, aquello que aún no ha nacido para ser visto, cruza el firmamento y todo lo que era figurativo se convierte en un inexacto cuadro etéreo. “El abstracto” es como “el hérmético”, mezcla sus piezas en el abismo y hace pie en otros misterios.

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