sábado, 6 de julio de 2013

— El dibujo — Cristian Cano y Ana Caliyuri



Cuando cierro los ojos los monstruos me acosan. Siempre se lo remarco a mi psicólogo, pero terminan interesándole otras ideas que no tienen absolutamente nada de importancia. Le propuse hacer unos dibujos y fue por esto que se horrorizó por primera vez: se acercó a mi boceto como lo haría con una criatura desconocida. Con un caminar ralentizado y dejado en una contemplación eximia pudo ver el trazo en el instante en que se desprendía del papel. La línea roja se convirtió en cuerda y arrastrándose como un gusano se subió por el brazo del psicólogo. Luego, un sol negro de siete patas se le atravesó en la garganta. ¡Menos mal que yo estaba allí! Estrujé el papel donde estaban los dibujos y lo lancé por la ventana. Hoy fui a sesión; me dijeron que el psicólogo ya no atendía; está enfermo, parece que no puede cerrar los ojos…


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