sábado, 7 de septiembre de 2013

El asesino cubierto de rocío – Esteban Moscarda & Ana Caliyuri

El asesino salió a las 9:00 de la mañana. Niebla y rocío lo saludaron con tonos grises y le recordaron su crimen. Por un instante pensó en la cárcel. Pero casi al toque decidió soñar con los frutos de su delito. Que su mente viajara al futuro, a la posibilidad cierta de un pasado olvidado, solo un presente de gloria y oro y pieles sensuales. Era el único portador de tal bien sobre el planeta Tierra, se sintió un hombre poderoso, casi un semidios. Desplegó el mapa mental, eligió el Paraíso. Hacia allí fue. Era una isla en medio de una constelación donde habitaban sirenas y ninfas. Se regodeó con ellas, después dispersó el semen de sus fantasías en todas direcciones; un rocío benévolo. No cualquiera en este mundo es capaz de asesinar a la circunstancia. Luego, sintió el sonido de las llaves del guardia; el verdugo lo esperaba.

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