Y recuerdo de la marea, su salobre, y de la cadencia, el
zigzag del viento, y de la profundidad el mayor de los abismos, y del misterio
la forma del asombro. Remembranzas de la mar y el alma. Las imágenes perfumadas
de preguntas que a la orilla no traen respuestas. Y de pronto como si fuese esa
gaviota lejana aspiro al vuelo y nada me intimida, ni siquiera esa inmensidad
cargada de melodías que no comprendo, tal vez porque me gusta escribir versos
de agua en el aire con inocencia.
martes, 28 de febrero de 2017
miércoles, 1 de febrero de 2017
Risueño ángel
Sobre el tapiz del alma , revolotea una hermosa voz que
porta un par de alas blancas. Colibrí de los cielos antiguos, transparencia que
hila las maravillas que muy dentro viven desde antaño. Será que la palabra se
hizo de aire o tal vez ha sido el aliento del despertar de un ángel. Tan mío y
tan descarnado, tan fresco y risueño como un manantial que juega a sonar entre
piedras y pequeños soles reflejados. Se suspende alado y cosecha incontables
lágrimas, las fervorosas, las ancianas, las nuevas, las primigenias y las
humanas. Dejará el tiempo de las
claridades que, entrañados, reposemos otros lares, o tal vez, será la palabra
anfitriona de la fusión inconmensurable entre la carne, el alma y mi ángel.
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