miércoles, 30 de abril de 2014

Debate sobre la genialidad – Sergio Gaut vel Hartman & Ana Caliyuri

—El genio —dijo el profesor Shapira— puede encontrarse enquistado en la abulia intelectual más absoluta, como una veta de mineral precioso se presenta en una tonelada de rocas.
—Entonces no es genio —replicó Guilford con ánimo pendenciero—. Para ser considerado “genio”, el ser humano debe ser capaz de brillar en las más diversas áreas del saber y la creación.
—¡No diga estupideces! He visto a tipos talentosos para la música, la pintura o el ajedrez que eran unos soberanos borricos.
A esta altura de los hechos, interrumpió agitadamente la Profesora Selene.
—Tal vez, profesor, sería bueno referirse a la genialidad exenta de toda retórica. No quiero ser molesta, pero la historia reconoce genios de pocas palabras. Pero, como usted sabe, este mundo asocia retórica con sagacidad, sagacidad con inteligencia, inteligencia con genialidad y genialidad con brillantez, es decir hay que ser una Luna genialmente parlanchina en estos tiempos.


viernes, 25 de abril de 2014

Armaduras - Esteban Moscarda & Ana Caliyuri

Juan Tres Gorrok, guerrero del Clan Pio X, avanzó enfundado en su armadura hecha de lluvia. Había estado tomando vino, como era costumbre entre los guerreros del clan. El vino les daba superpoderes. Sumado a la casi invulnerabilidad que les otorgaba la armadura de lluvia, estos guerreros eran los mejores de todo el orbe. Juan se veía como un ángel: la armadura brillaba y sus ojos deseaban muerte. María Arkos, guerrera de los Jupitarianos, vió como se abrían las cataratas del firmamento. Decidida alistó a sus mejores hombres. No tomarían la fortaleza Aquilana con un poco de agua. Fue así como María desplegó las alas hechiceras y en cuestión de segundos todo se transformó en caos. El aire, la tierra y la lluvia confundieron sus moradas. Pasada la desazón en el rostro de Juan el bueno, María le susurró en el oído:
- Un buen guerrero no mezcla el vino con el agua, provoca alucinaciones.

Dicho esto se ovilló cual uva y se esfumó.

lunes, 21 de abril de 2014

Dardo de luz



Contradictoria
como la porfía
que duda
su quietud
a orillas
de las ventiscas.
Inclinándose
en el silencio
de la penumbra
transcurre
el hilo
de la noche
aferrado
a mis sentidos.
Un dardo
de luz
juega
en el latido
de mi vigilia.

domingo, 20 de abril de 2014

El otro yo abominable – Carlos Enrique Saldivar & Ana Caliyuri



Hay un extraño lugar dentro de mi mente, un sitio al cual no había accedido hasta ahora, un pequeño mundo lleno de oscuridad y depravación, donde otro igual a mí (pero en miniatura) planea los actos más horrendos y aberrantes que la mente humana más enferma pueda imaginar. Puedo verlo a través de una ventana irrompible, aquel monstruo camina de un lado a otro, espera la hora de salir. Es tiempo de liberarlo, meto la llave y abro la puerta. El hombrecillo, de un plumazo, viola el statu quo de mi limpio yo consciente. Me colma de absurdidades, perversiones, corruptelas,  ambiciones, orgullo, etc. Es más, deja de lado mi voluntad para embriagarse. Tengo ganas de vomitar, el espejo del baño me devuelve la imagen de mis ojos iracundos. Sólo la pereza salva a mi yo consciente de poner en marcha al perverso. Después de todo, soy un lobo civilizado.

martes, 15 de abril de 2014

BERMEJA MIRADA




Fue bermejo
el latido
por la bermeja luna
de un cielo
de abril.
Eternidades
rozándome
de lejos
cual titiriteros
de mi niñez añeja
para hacerme saber
que de tanto en vez
centellea
en rojo
la oscuridad
para derramar
su fuego prestado.

lunes, 14 de abril de 2014

Ella, meta, destino, final – Carlos Enrique Saldivar & Ana Caliyuri



Me levanto de mi cama con una extraña preocupación en los recovecos de mi ser. Ni siquiera alcanzo a ponerme las sandalias o el pijama, salgo de mi habitación, avanzo por el pasillo, cruzo la sala, la puerta de mi casa y aparezco en mitad de la calle; camino, no puedo detenerme, aunque debo llegar rápido a esa siniestra mujer ubicada frente a mí. Ella me sonríe, se da media vuelta y comienza a alejarse, a correr, la persigo con desesperación. Ella sabe demasiado de mí, yo apenas sé algo de ella. Quiero estar a su lado para que finalmente me mire. Ella, decidida, corre tan rápido como una luz. Se esfuma en la nada. Todo se apaga dentro de mí, por un instante. Luego, sudado, retorno a mi estado consciente. Nuevamente he soñado con la parca. Deseaba verle la cara, en ella están muchos seres que he amado.

DESPERTAR









Danzamos

voluptuosos

como delfines

del aire:

las claves

esenciales

cual pentagrama

de soles

que caen

y no caen.

Más tarde

despertamos

en el lago consciente

del mundo

como llamas

que sonríen

reconfortadas.





Poema realizado al cuadro de la pintora argentina Andrea Denegri.

domingo, 13 de abril de 2014

Una historia de mucho terror – Carlos Enrique Saldivar & Ana Caliyuri

Esta noche he decidido contarme un relato a mí mismo. De modo que me apoltrono en mi sillón favorito y hago uso de mi creatividad más desbocada. Apago las luces, enciendo una vela y comienzo la narración. Empero, la historia comienza a darme miedo, no pensé que iba a relatarme un cuento tan horrendo, plagado de sangre, vísceras y maldad. El terror me invade y no quiero seguir… pero continúo. Escucho un ruido en mi habitación, vienen a buscarme. Ellos están armados con espectros dantescos. Mi mente desecha las imágenes conocidas. Es en vano. Cierro los ojos. Una mano lúgubre se posa sobre mí. Me pregunta sobre el paradero de la lira que, según dice aquel, usé durante el Gran incendio de Roma. Luego, sin piedad, clava una tijera en mi estómago y, mientras me desangro, la reconozco. Es mi madre murmurando: —¿Porqué lo has hecho, Nerón, hijo mío?

viernes, 11 de abril de 2014

– Invasores pasados por agua - Aliano Ethe (Sergio Gaut vel Hartman, Fernando Andrés Puga, Cristian Cano, Maria Ester Correa Dutari, Ana Caliyuri, Eduardo Poggi, Ada Inés Lerner)

149 – Invasores pasados por agua - Aliano Ethe (Sergio Gaut vel Hartman, Fernando Andrés Puga, Cristian Cano, Maria Ester Correa Dutari, Ana Caliyuri, Eduardo Poggi, Ada Inés Lerner)
Los ovitceloc conquistaron la Tierra; no les resultó difícil porque no ofrecimos resistencia. Su propósito era llevarse los océanos hacia su planeta usando un portal abierto en la Antártida, lo que les permitiría sobrevivir durante un siglo más, tiempo durante el cual no serían engullidos por la energía oscura, una fuerza gravitacional repulsiva que torna imposible la vida al ejercer presión sobre el campo magnético del planeta. Observamos los infructuosos esfuerzos de los ovitceloc por arrancar los océanos de su lecho, ya que no habían traído un filtro para témpanos antárticos, y luego notamos que bajaban un calentador de estatuas de Elsword, algo inapropiado e inútil pero que finalmente daría sus frutos, aunque no a ellos. Los hielos polares se derritieron y las inundaciones convirtieron la Tierra en un gran acuario con sirenas y delfines que hacen el amor y no la guerra. Nosotros desarrollamos agallas y fuimos felices.




miércoles, 9 de abril de 2014

ALMA DE ALMAS/ANIMA DELLE ANIME











En el olvido.

En el punto crítico.

En lo trascendente

de lo efímero.

En el amanecer

de la porfía.

En el verbo

figurado

de un cosmos

recién nacido.

Allí

habita

el alma

de las almas:

la esencia

que no está vana

por el cosquilleo

ventricular

del infinito.





ANIMA DELLE ANIME 





Nella dimenticanza. 



Nel punto critico. 



Nel trascendente 



dell' effimero. 



Nell'alba 



dell'ostinazione. 



Nel verbo 



figurato 



di un cosmo 



neonato. 



Lì 



abita 



l'anima 



delle anime: 



l'essenza 



che non è vana 



per il solletico 



ventricolare 



dell'infinito.



Trad: Raffaele Serafino Caligiuri







Poema realizado para el cuadro de la pintora argentina Andrea Denegri.

viernes, 4 de abril de 2014

Amanecido Sintiempo

Amanecido Sintiempo se alzó con rapidez de su lecho. La mañana lo despertó con un sobresalto: el sol entró tras la ventana; ya era demasiado tarde como para beber un café tranquilo. Apenas una ducha rápida y se vistió para salir rumbo a la calle. La parada del colectivo atestada de personas esperando puso de malhumor a Amanecido Sintiempo. Esto de esperar no era cosa de buen tino para él. Decidió ir hacia su trabajo a paso ligero, sin embargo al consultar el reloj pulsera se dio cuenta de los pocos minutos que le restaban para llegar a horario y entonces comenzó a correr; primero al trote y luego más ligero. Uno, dos o diez kilómetros hubiesen sido lo mismo: Amanecido Sintiempo sintió un fuerte dolor en el pecho. Se detuvo, y a duras penas balbuceó:
—Sé que sos la parca, pero yo soy Amanecido Sintiempo; verdaderamente me gustaría charlar con vos para aprender algo nuevo pero si me detengo llegaré tarde a mi trabajo.
Luego todo fue rápido y difuso: la ambulancia, el escalofrío y la lápida con la foto del hombre, donde reza: aquí yace Amanecido Sintiempo, por consultas dirigirse a la eternidad.

miércoles, 2 de abril de 2014

Otoñal



El otoño, como penúltima estación, me impele a nadar lento en este mundo de agilidades y destrezas.  Me gusta brindar por la libertad y el arte, ser consecuente con los locos sueños y hacer eco del no olvido: los pasos ligeros del siglo no siempre son ágiles, las liviandades de pensamientos pueden ser puntos en donde estancarse. Me preocupan los pájaros, que aún sin desplegar alas, presumen de enrojecer sus rutas. Es fácil intoxicarse de falsía, mas nadie juega a los dados con el destino sin dejar de ser efímero.