martes, 31 de mayo de 2016

Gorjeo otoñal


En el seno laborioso de la página blanca siembro palabras, como si en el molde de las acepciones no encontrase las adecuadas. Las semilas, esparcidas en giros barrocos, son lastimero encuentro con aquello que ya no existe. Reniego de perderlas, las reinvento en la crudeza de un capricho alado, les doy el visto bueno aunque ya viven el sueño de lo pausado. Escuché el sonar severo de un siglo que me atrasa y me ceñí al germen de un afán que no cambia: grazna , palabra, grazna: en tu gorjeo hay una porción de alma.

sábado, 14 de mayo de 2016

ARPEGIO NOCTURNO/ARPEGGIO NOTTURNO

ARPEGIO NOCTURNO
Embelesa
el concierto
nocturno,
se instala
en el
pecho.
Como si la noche
ya madura
fuese transparente.
Como si sus sonidos
se deslizasen
triunfales
sobre el sueño.
Como si el azul
se develase
con su arpegio
idílico
para reposar
en los corazones
durmientes.
ARPEGGIO NOTTURNO
Affascina
il concerto
notturno,
si stabilisce
nel petto.
come se la notte
già matura
fosse trasparente.
Come se i suoi suoni
le scivolassero
trionfali
sul sogno.
Come se l'azzurro
le svelasse
col suo arpeggio
idilliaco
il riposare
nei cuori
dormienti.

lunes, 9 de mayo de 2016

Calla, calla, calla

Calla, calla, calla.
Siempre me ha gustado preguntar y escuchar los porqués de las circunstancias que acontecen. A veces hay respuestas más o menos creíbles, y en otras oportunidades, hay más interrogantes que aclaraciones. 
El caso es que el humor barrial estaba enrarecido: no había nadie caminando por la calle, y es más, todo pareció haber quedado inmóvil y desierto. Sin rumbo fijo, caminé por espacio de dos horas, haciéndome preguntas sobre todo lo ausente. Claro que como toda ausencia se nutre de lo apocalíptico o algo así, y sucede a espaldas de nuestra capacidad de ver más lejos. Despejando esos pensamientos nefastos, y liviana de sombras, caminé sin parar más de tres kilómetros.
Me sentí cansada y aminoré la marcha. Con paso cadencioso me adentré en el barrio de mi infancia. Nada y todo había cambiado. Digo nada por lo aburrido del lugar, y digo que cambió todo porque allí tampoco había gente. Me pellizqué para saberme viva y seguí caminando. Alisé mis cabellos al verme reflejada en el vidrio de una cafetería. Hubiese entrado a pedir un café, pero noté mucho polvillo sobre mesas y sillas. Continué caminando. Me di cuenta que tampoco se oían conversaciones o voces tras los ventanales de las casas o en los patios. Silencio, solo silencio. La palabra no dicha es de personas indiferentes, pensé, mientras se agigantaba el tamaño de las cosas que me rodeaban.
Mi ciudad, sin dudas, se escondió tras una capa de silencio, me dije, en voz baja.
Una tienda de juguetes llamó mi atención, más precisamente fueron los gestos de los muñecos los que me hicieron entrar. Una muñeca hizo señas a otro muñeco y ese otro a otros, y todos encerraron las señales en un puño. Me dio curiosidad saber qué dirían, pero a mí no me pasaron seña, no soy una muñeca.
En ese maremágnum de duras expresiones, alguien supuso que ya eran demasiados muñecos los que gesticulaban, por lo cual era posible un lenguaje de comunicación. Y entonces, el dueño de la juguetería cerró la tienda y esparció las partes de los muñecos por la acera. Yo fui testigo. Fue así como en medio de los gestos no expresados, descubrí la fábrica de juguetes en quiebra. Se me ocurrió que el manto de silencio no justifica el mío, pero ya hace demasiado tiempo que uno sabe lo que es perder el trabajo y enrollé mi lengua como todos los vecinos del barrio.

martes, 3 de mayo de 2016

El francotirador lingüístico


Solos, el alfabeto y yo. Un mundo de pieles diferentes, de arterias unidas, de troncos sustanciosos, de tiempos indelebles. He sentido la mudez y sin embargo, el francotirador lingüístico disparaba sin descanso las palabras sobre el nido del pensamiento. Creí bañar mis mensajes en su fuente, pero, cada día sus aguas fueron diversas. Sumar palabras no es azaroso, tal vez es el desleal desafío de creer que es posible llenar la copa infinita uniendo letras. Mas, hay un franco río que fluye eterno. ¿Yo? A pesar de todo ello, soy sólo un alma que busca revelar el Universo en un verso…