martes, 17 de diciembre de 2013

Armaduras – Esteban Moscarda & Ana Caliyuri




Juan Tres Gorrok, guerrero del Clan Pio X, avanzó enfundado en su armadura hecha de lluvia. Había estado tomando vino, como era costumbre entre los guerreros del clan. El vino les daba superpoderes. Sumado a la casi invulnerabilidad que les otorgaba la armadura de lluvia, estos guerreros eran los mejores de todo el orbe. Juan se veía como un ángel: la armadura brillaba y sus ojos deseaban muerte. María Arkos, guerrera de los Jupitarianos, vió como se abrían las cataratas del firmamento. Decidida alistó a sus mejores hombres. No tomarían la fortaleza Aquilana con un poco de agua. Fue así como María desplegó las alas hechiceras y en cuestión de segundos todo se transformó en caos. El aire, la tierra y la lluvia confundieron sus moradas. Pasada la desazón en el rostro de Juan el bueno, María le susurró en el oído:
- Un buen guerrero no mezcla el vino con el agua, provoca alucinaciones.
Dicho esto se ovilló cual uva y se esfumó.

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