martes, 8 de julio de 2014

El inquilino – Sergio Gaut vel Hartman & Ana Caliyuri



Debido a problemas económicos casi insolubles, Verana alquiló la habitación de su hijo muerto en la guerra. Pero la fortuna siguió siéndole esquiva, ya que si bien el inquilino pagaba regularmente el monto estipulado, sus rarezas perturbaban de un modo atroz a la mujer. Por lo pronto, el pensionista dormía de día y salía por las noches portando un maletín del que jamás se separaba. A Verana esa simbiosis le resultaba tan sospechosa que un día invitó al inquilino a tomar un café al que previamente le había agregado un potente somnífero. Cuando el hombre se durmió, ella entró a la habitación y abrió temblorosa el maletín, en cuyo interior había una carpeta y varias fotos de ella con su hijo. Aunque jamás había visto esas fotografías comprendió quién era el inquilino y cuál su misión. A la mañana siguiente el hombre se marchó: el mensaje había sido entregado.

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