martes, 31 de mayo de 2016

Gorjeo otoñal


En el seno laborioso de la página blanca siembro palabras, como si en el molde de las acepciones no encontrase las adecuadas. Las semilas, esparcidas en giros barrocos, son lastimero encuentro con aquello que ya no existe. Reniego de perderlas, las reinvento en la crudeza de un capricho alado, les doy el visto bueno aunque ya viven el sueño de lo pausado. Escuché el sonar severo de un siglo que me atrasa y me ceñí al germen de un afán que no cambia: grazna , palabra, grazna: en tu gorjeo hay una porción de alma.

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