miércoles, 16 de septiembre de 2015

Prosa al tiempo

En el desorden de la memoria los flashes de las remembranzas. La costilla del tiempo que discurre frenética para contar al oído aquello olvidado, y se pronuncian los verbos que acompañan las risas y también los quebrantos, los ideales y las anécdotas, los rostros y los llantos. Y uno no sabe si el espejo es tan cierto o si el olvido es tan llano, si los hechos se han ido o si son cosas de magia. Y aparece en los sueños la pupila de un día, la llama en el alma, las palabras no dichas, los silencios encantados y se mezclan los recuerdos cuyas alas no estaban. Tal vez somos pájaros que exhalan nostalgias…

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